¿Quién pensaría que Dani se haría responsable de aquello? ¿De
verdad había cambiado? ¡Y tanto! Ahora era fiel y responsable. Bueno,
responsable en todo sentido de la palabra no.
Él había decidido practicar con Diego eso de ser padre, y no
se puede negar, sería un buen padre, pero ¡vamos! No puedes dejar a tu hijo con
un desconocido porque tienes ganas de ir al baño.
Era responsable en algunos puntos, no en todos, pero sí en
los suficientes, y se alegraban. Lara tendría una vida maravillosa junto a su
familia… Ella siempre soñó con formar una familia, y ahora la tendría, pronto,
pero la tendría.
El día que Lara comunicó la noticia, celebraron por todo lo
alto, aunque no todos celebraron, Dani todavía seguía un poco aturdido por la
noticia, ¡pero estaba muy feliz de aquello! Al principio pensó que era algo
pronto, pero ¿Qué más da el tiempo cuando estás con la persona que quieres?
Una semana después, Lara se había mudado al apartamento de
Dani ya que Mire no podía estar siempre para ella y mucho menos salir en la
madrugada a comprar sus antojos. Pero estaba muy feliz, apenas discutían y Diego
se lleva de lo mejor con Dani.
Mire y Cloeh estaban muy felices, ya que serían tías. ¡Vaya!
Estaban deseando que naciera el pequeño o la pequeña. Eso sí, discutían todo el
tiempo por quién sería la madrina del bebé, algo pronto, ¿no? Pero estaban
ansiosas.
En el último mes nada malo le había pasado a Cloeh. De hecho,
habían hecho una amiga, Irene.
Ella iba al mismo colegio que ellas y en lengua les tocó
hacer un trabajo juntas. Irene era una persona realmente divertida, de ser una
chica que se sentaba sola en la clase, pasó a ser una compañera de bromas para
los chicos.
Irene –Airin para las amigas- era bajita, y muy tierna. Su pelo castaño le
llagaba más o menos por la cintura y lo tenía algo rizado, hacían un conjunto
perfecto con sus ojos color café. Ella era bastante extrovertida y atrevida ¡quién
lo diría! Cloeh y Mire pensaron que sería tímida, ¡Pero no es para nada tímida!
Y ¿por qué no decirlo? Era igual de hermosa que las otras tres. Y si no, que se
lo pregunten a Harry, que quedó prendado con la simpatía y belleza de esta
señorita nada más verla.
-¿Sabéis que queda un mes para navidad?-preguntó Sara
de la nada. Todos se encontraban en el
salón de casa de Liam, excepto Louis y Sara quienes habían salido a comprar una
pizzas para merendar
-Sí, y también para el cumpleaños de Lou-añadió Harry con
una sonrisa. Ese día tenía pensado pedir ser su novia a Irene. Ellos tonteaban
y se veía a quilómetros que se querían, pero en ese pretexto, Irene era muy
tímida.
-podríamos hacerle una fiesta sorpresa-objetó Cloeh.
-estoy de acuerdo-concordó Mire.
Se pusieron a planear la sorpresa de su amigo hasta que
oyeron la puerta abrirse y dejar paso a un Louis muy sonriente y Sara.
-ya hemos vuelto chicos-dijo Louis dejando unas bolsas con
un contenido para los presentes esa tarde.
-oh, no lo sabía no te había visto, ¿Cómo has entrado?-se
burló con un tono sarcástico Irene haciendo que todos soltaran una pequeña
carcajada.
-vale, vale, no hace falta que me mates con tu sarcasmo-contestó
él.
Hacía mucho que no se divertían tanto tiempo juntos por
motivos diferentes; o era el colegio de las chicas o los conciertos y
entrevistas de los chicos. Ellos por su parte estaban algo estresados,
sobretodo Liam, Niall y Zayn quienes contaban las horas para ver a sus
princesas, aunque dos de ellos, compartían princesa sin saberlo.
Liam estaba enamorado en secreto de Cloeh y Niall intuía algo
por como la trataba, pero quería pensar que jamás le quitaría a su princesa,
aunque él tampoco iba a perderla, ya que era su princesa y había esperado mucho
tiempo hasta encontrarla.
Decidieron ir a un parque que quedaba cerca de casa de Liam,
y allí jugaron.
Liam estaba sentado en un banco, hasta que le pareció oír un
sollozo, alguien lloraba.
Se levantó y se giró para encontrarse con una chica que se
encontraba de espaldas a él, y que parecía que estaba llorando.
Se acercó algo temeroso y en silencio a ella. Quería ayudarla.
-perdona que te moleste, pero… ¿Estás bien?- <<¿cómo
rayos va a estar bien? Esta llorando, está claro que no está bien>> se reprendió
el muchacho al darse cuenta de la estúpida pregunta que le había formulado.
-No molestas…-contestó la chica intentando darle una
sonrisa. Liam se sentó en la acera donde ella se encontraba.
-no quiero parecer cotilla…pero, ¿Por qué lloras?
-oh, corazón roto-contestó ella intentando parecer que no
estaba afectada, pero la verdad es que le había dolido ver como su ‘novio’
besaba a su ‘mejor amiga’ en una fiesta a la que había ido juntos- es lo que
tiene encontrarse a tu novio y tu mejor amiga unidos por la boca mientras se
traspasan saliva intentando ocultarse de mí, pero el tiro les salió por la
culata-intentó animarse ella sola como hacía siempre, ella no era de tener muchas amigas y estaba acostumbrada a
estar sola en la habitación del orfanato en donde vivía antiguamente. Ahora había
conseguido un apartamento pequeño, pero perfecto para ella.
-Oh-se sorprendió él. No podía encontrar sentido a eso.
¿Cómo alguien podía engañar a alguien tan hermosa como ella? Se preguntó a si
mismo-quizás, no era tu amiga, y el no sea el príncipe que esperabas-dijo
sin pensar y con un doble sentido, que
ella captó e hico que se ruborizara ¿Pero qué le pasaba? Decía cosas sin
sentido, aunque ciertas- perdona que lo diga, pero tú ‘novio’-hico comillas con
los dedos- es un poco tonta al dejar a una hermosura como tú.
-supongo que gracias…-pausó- ¿sabes?, has conseguido alegrarme
lo que queda de noche y me encantaría seguir hablando, pero tengo que volver a
casa, es un poco tarde y tendré que pedir un taxi.
-oh, no, no, no, ni hablar, te llevo yo, no puedo dejar que
una dama como tú ande sola por la noche por Londres-dijo rápidamente y poniéndose
de pie y tendiéndole una mano para que ella se levantara.
Ella no se negó. Le había gustado el chico. Le parecía
tierno, y le daba que iban a llevarse muy bien.
Liam presentó a la chica, la cual se llamaba Mandy, a los
demás y también les cayó muy bien.
Pasada la media noche, cada uno se fue acompañar a sus
respectivas parejas a sus casas. Mañana sería un día movido para todos.
******
Ya todos estaban listos para ir al centro comercial. Habían quedado
allí para ir al cine y pasar una mañana de amigos.
Solo faltaban Niall y Cloeh, quienes se encontraban en casa
del rubio, dormidos ya que la noche anterior se habían quedado hasta tarde
viendo películas de miedo causando que Cloeh no se pudiera dormir y el rubio tuviera
que acunarla para que pudiera dormir bien. Pero hasta que eso ocurrió, pasaros
las tres de la madrugada. Mientras no conseguía dormirse, se decían cosas
bonitas y él cantaba algunas canciones en el oído de la castaña.
-¡Mierda! ¡Vamos tarde! ¡Niall, vístete! No van a
matar-gritó la castaña al darse cuenta de que llegaban media hora tarde.
Niall se levantó de la cama de un salto y se vistió al igual
que Cloeh, ahora no tenían tiempo para pensar, así que se cambiaron el uno
frente al otro, pero cada uno en su mundo y pensando en la bronca que les iba a
caer.
Pero Cloeh al quitarse los pantalones largos del pijama, se tropezó y
cayó encima de Niall y este cayó en la cama. Ella cerró los ojos como un acto
reflejo al verse en el suelo, pero los abrió al darse cuenta de que no había
tocado suelo y había caído en algo blandito.
Se miraron a los ojos, y acortaron la distancia sellándola
con un bonito beso demostrando lo mucho que se querían. el beso comenzó suave y con caricias por parte de el a ella e su esplada baja y por parte de ella a él en su nuca, pero luego pedían más, así que se torno algo salvaje.
Hasta que el tono del móvil les interrumpió. ¡Asco de
móvil! Pensaron los dos, pero los dos se sonrojaron al darse cuenta de cómo estaban.
Cloeh encima de él sin pantalones y él sin camisa.
Cloeh se quitó de encima de su novio y atendió la llamada de
una desesperada Mireya, quién quería saber que hacían sus dos amigos.
Nada más terminar la conversación, se montaron en el coche
del rubio para poner rumbo al centro comercial.