miércoles, 6 de noviembre de 2013

CAPÍTULO 26#

(NARRA CLOEH) Estábamos en casa de mi tía, en el cuarto donde mi hermana y yo siempre nos quedábamos a dormir, o cuando yo estaba enfadada o triste. No sabíamos que hacer para conseguir dinero para poder comprar entradas para el concierto de dentro de dos días, se nos ocurrían millones de ideas, pero o eran ilegales, o no nos dejaban. No quisimos comernos más la cabeza, así que salimos a la calle y buscar por alguna tienda o algo. Yo: disculpe, ¿necesitan alguna dependienta?-pregunté a la señora que había en la tienda de música que acabamos de entrar. Señora: depende de cuentas personas sean-dijo mirando a mis acompañantes. Yo: pues cuantos usted necesite-le dije con una sonrisa. Señora: como mucho puedo pagaros una semana, que es lo que estará de baja Carla, la chica que trabaja aquí pero está de vacaciones, claro, las tres no podréis trabajar, como mucho dos-dijo convencida. Yo: bueno, pues ten por seguro que dos vendrás a trabajar aquí-sonreí y nos fuimos. Salimos de la tienda, y decidimos que trabajaríamos Sara y yo, Mire dijo que se buscaría un trabajo como camarera, ya que ella ya había trabajado un verano en un bar y vería a ver si tenían vacantes. Volvimos de casa sobre las nueve. Yo: ¡ya llegamos! Y por cierto, ya conseguimos trabajo-grité entrando en casa de mi tía sin percatarme de las personas que habían allí. Me dirigía a la cocina. Mire: Sí, en un atienda de música y un bar, ¿Molamos, eh?-preguntó. Salí de la cocina, y me llevé una sorpresa, los chicos estaban ahí, junto a otra persona más. Mire y yo: ¿¡Saúl!?-gritamos emocionadas. Saúl: pues claro, ¿Quién sería si no?-corrimos y nos abrazamos muy fuerte. Os contaré, Mire, Saúl y yo siempre fuimos muy amigos, éramos un trío inseparable, nos llamábamos los tres mosqueteras. Saúl era un chico muy guapo, e inteligente, pero muy afeminado. ¿Entendéis? Mire: ¡Las mosqueteras al ataque!-gritó mientras que con su mano intentaba imitar una espada. Todos estallaron en carcajadas, ¿cómo no? Después de aquel encuentro, nos sentamos en el sofá. Yo: dime, ¿Cómo has estado?-pregunté. Saúl: genial, aunque os he echado de menos, no sabía qué hacer si mis mosqueteras-hico un puchero con los labios. Mire: también te hemos echado de menos-le abrazó. Por detrás vi como alguien-Zayn- se ponía celoso, y no pude evitar reír, me parecía entupido que se pusiera celoso, el es gay. De un momento a otro, Mire tenía a Saúl encima mientras repartía besos por toda su cara. Solté un ruidosa carcajada y vi como Zayn se levantaba y se iba, así que fui a por él. Yo: voy yo, sé lo que le pasa. Salí fuera, y lo vi esperando al ascensor, volví a reír provocando que se diera la vuelta. Zayn: ¿Qué es tan gracioso?-pregunto realmente enfadado-¿Por qué no te vas con vuestro querido Saúl?-ironizó, volví a reír. Yo: alguien esta celoso…-canturreé por lo bajo. Zayn: ¿Quién? ¿Yo? ¿De quién? ¿De Saúl?-rió con Ironía-pues sí, ¿No lo ves? Yo: pues no te pongas celoso, el es gay, muy gay-alargué el muy. Zayn: lo siento-susurró después de unos minutos de silencio. Yo: No me pidas perdón a mí, quién está dentro es Mire. Volvimos a entrar, y ya no se volvió a poner celoso. Menos mal, que la tita Cloeh está aquí-pensé. *Al día siguiente* Hoy los chicos irían a la entrevista, y alguien tenía una sorpresa para Mire, no es muy difícil de imaginar, pero por si acaso es Zayn. Yo: vamos Mire, hay que prepararnos y todo ese rollo-dije una vez me había duchado. Había tardado más de lo pensado, ya que eran las tres de la tarde. Mire: ¡pero si es pronto!-gritó. Yo: ya, pero quiero comer en algún restaurante para sí ir ya a la entrevista. Mire: vale… Sara ya estaba vestida así que solo faltaba Mire, lo que significaba que tardaríamos otra hora para poder comer, y no sé si aguantaría, tenía muchísima hambre. Yo: veeeeeeeeeeenga, que tengo hambre-grité en la puerta del cuarto donde dormimos. Sentí como la puerta se abría y de ella salía un cojín que se estampo en mi cara. Mire: ¡Qué ya estoy!-gritó en mi oído. Yo: vale, vale, no hacía falta que gritaras en mi oído-me sobé mi oreja. Mire: ¿A qué fastidia?-asentí: pues es lo que hacías tú. Rodé los ojos, y nos pusimos rumbo a cualquier bar barato para poder comer. Aleluya. Comimos tranquilas, sin ninguna interrupción, y la pasamos muy bien, como en los viejo tiempos, pero con Sara. *Horas después* Nos sentamos en los asientos que nos indicaban, mientras sonreíamos agradeciéndole. Hace como media hora habíamos llegado, pero pasar a tanta gente era muy difícil. Yo: bueno, ahora a esperar. Y así hicimos, hasta que comenzó el programa. Pablo (entrevistador): bueno, pues sin más dilación, hoy ha venido a divertirse con nosotros ¡One Direction!-gritaron todas en respuesta, y ellos entraron, tan guapos como siempre. Louis: estamos encantados de poder venir a España-dijo con una sonrisa. Pablo empezó con la típica entrevista que hacen a todos los famosos, ¿No se aburren de contestar siempre lo mismo? Por lo visto no, porque contestaron muy felices, hasta que la pregunta clave salió de los labios del entrevistador. Sonreí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario