viernes, 8 de noviembre de 2013

Capítulo 28# tercera parte.



Me dirigí hacía ella echando humo, ¿Pero quién se creía para robarnos las entradas?
Faltaba que diera un paso, pero ella ya había entrado. ¡MIERDA! ¿Para qué quiere robarnos las entradas? ¿Es que no puede llamar a su papá para que se las compre?
Volví con Cloeh, que estaba en shock. Ella sabía de lo que era capaz Rebeca pero no sabía que era capaz de hacer eso.
Ahora mismo estaréis preguntados el porqué de mi reacción. Pues es fácil. Esas entradas las habíamos pagado de nuestro dinero, conseguido con sudor en nuestros trabajos. No me parecía justo. También tengo que admitir que al ser ella la que las ha robado, he podido explotar, si no, no me perdonaría hacerlo pasar mal a Cloeh, ella sufre cuando tiene que elegir a dos, no le gusta ver sufrir a nadie.
-No puede ser…-se intentaba auto convencer Cloeh- lo siento, no sabía que era capaz de hacer eso-se disculpó conmigo- Por q¿ué tenía que disculparse por algo que no ha hecho ella?- sé que dirás que no es mi culpa, pero lo es, es mi “amiga”-imitó las comillas en el aire- y yo dejé que nos acompañara y le creí, lo siento.
-¿Y por qué no damos un toque a los chicos?-añadió Sara.
Tenía razón, podíamos llamar, pero queríamos que fuera una sorpresa. Nosotras supuestamente estábamos trabajando, pero claro, con la estúpida de Rebeca nos ha fallado todo.
-No habrá otra opción-concluí.
Cloeh llamó a uno de los chicos, no presté mucha atención, solo sé que nos vendría a recoger un señor de negro. Seguro que era algún guarda espaldas.
Dos minutos después estábamos de camino a los camerinos, donde algunas fans estaban dentro.
Entramos y exploté literalmente.
-¿Qué haces tú aquí?-gritamos Cloeh y yo a la vez.
-Pues que me compré unas entradas ayer, ¿Nos os lo dije?-contestó con una sonrisa maliciosa. Yo la mato.
-Serás pu…-interrumpí a Cloeh.
-Estúpida-le fulminé con la mirada. Sé que estábamos enfadadas, pero no se dicen palabrotas.
-¿Por qué? Si yo no he hecho nada-dijo inocentemente, bueno, intentándolo.
-Oh, vamos, primero te haces pasar por mi amiga, luego de estar como dos meses en Londres ni una llamado tuya, ¿Eso es una amiga? No. Y cuando vuelvo veo que Rebeca, mi súper amiga, me quiere tanto que me roba unas entradas, solo para ver si se puede ligar a algún famoso para así poder ser reconocida. ¿Sabes? Me das pena. ¿De verdad crees que así lograrás algo, claro, aparte de enemigos? Si lo crees, estás equivocada-nunca antes había visto así a Cloeh, esto era nuevo- ahora solo espero a que te enamores de alguien y te pase lo que tú les hiciste a todos, que te rompan el corazón porque tú amiga tiene más dinero que tú- le miraba sorprendida. Vi cómo le brillaban los ojos, síntoma de lloro, así que me acerqué a ella para abrazarla, pero alguien se me adelanto. Niall.
Salieron del vestuario o lo donde sea que estuviéramos.
(NARRA CLOEH)
¿Conocéis esa sensación que sientes al hacer algo que llevas tiempo queriendo hacer pero no lo hacías? Bueno, pues si no la conocéis debéis conocerla, es la mejor de todas.
No sé cómo, pero estoy fuera del camerino, y con Niall. Noto algo mojado en mi mejilla ¿Estoy llorando? ¿Por qué? Quizás es porque ella se hico pasar por mi amiga y me ha traicionado, o también puede ser de felicidad-no creo-.
-¿Estás bien?-preguntó.
-Sí, no sé por qué estoy llorando-contesté sincera. El me abrazó.
No me podía sentir mejor porque no me había tocado la lotería. ¡PERO QUE DIGO! Si con conocerlos ya me tocó la lotería.
Hablamos de estupideces y como me sentía durante 10 minutos, ya que se tenía que ir hacer su maravilloso concierto. Que Mire, Sara y yo lo veríamos desde un lado del escenario, la mejor vista diría yo.
                                                                           ****
Después del concierto, nos fuimos a cenar a un restaurante de comida rápida, no teníamos ganas de hacer cena ni nada de eso.
Sobre las once de la noche, nos dejaron en casa, y allí dormimos.
Mañana tendríamos todo el día por delante, ya que habíamos dejado de trabajar, ya habíamos conseguido el dinero para las entradas, que nos las habían robado, pero pudimos disfrutar igual del concierto, y ¿Por qué no decirlo? Decirle lo que pienso a Rebeca sirvió. Mucho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario